“Creamos valor, creamos futuro… desde las personas”, “Las personas son nuestra razón de ser”, “Creemos en el poder de las personas”, “Tu talento nuestro talento”…
Estas son algunas de las tantas frases hechas que se pueden leer en algunas webs de empresas del sector de Recursos Humanos y/o firmas especializadas en Selección de personal, y que sin embargo dejan de tener sentido cuando descubres que se trata de organizaciones que carecen de un enfoque humano, ya que han olvidado que su verdadero cliente no es aquel que le paga, sino sus trabajadores o las personas que postulan a una de sus ofertas de empleo.
Empresas de Selección que aparecen en el top de las firmas que más empleo ofrecen, que lanzan vídeos sobre las 5 razones por las cuales trabajar con ellos (apasionados, profesionales, oportunidades de crecimiento, con ambiente multicultural y que confían en el talento), que crean eventos para que jóvenes universitarios conozcan a empresas y den el salto al mundo laboral, y que sin embargo desconocen el verdadero significado de las palabras RESPETO y COHERENCIA.
Organizaciones que depositan su confianza en estas Consultorías de Recursos ¿Humanos? para ejecutar la búsqueda de talento que necesitan, sin conocer realmente la forma en la cuál llevan a cabo el proceso de selección y sin ser conscientes de lo peligroso que puede ser que un candidato deje vinculado el nombre de la empresa cliente con el de la consultoría de la que recibió un trato poco adecuado.
Empresas de Consultoría en Gestión de Personas que se presentan como abanderadas del liderazgo innovador, y sin embargo sus dirigentes ejercen un liderazgo autoritario con sus colaboradores, minusvalorando el desempeño de estos y provocando miedo, terror, desprecio o desmotivación en el trabajador hacia su trabajo; empresas que gritan a los cuatro vientos sobre la importancia de ser social y sin embargo son incapaces de interactuar, conversar o dar respuesta a las personas de su comunidad en redes sociales.
Empresas de Recursos Humanos que se sienten amenazadas y te expulsan de su comunidad porque tu empresa está especializada en los mismos servicios que ofrecen ellos, convirtiéndote en un competidor, y no entendiendo que “La red no entiende de competencia y sí de colaboración”.
Los valores de una empresa son los pilares más importantes de cualquier organización, si estos se sustentan sobre la incoherencia o falta de conexión entre las cosas que se dicen y las que se hacen, el resultado puede ser devastador.
El éxito en el modelo actual de gestión empresarial ya no se mide exclusivamente por el beneficio económico, sino también a través de su credibilidad y reputación corporativa.
Últimamente muchas de las organizaciones que fueron para mí hasta hace poco un referente en materia de Recursos Humanos, han pasado a convertirse en un modelo a no seguir, y en un claro ejemplo del grado de importancia que adquiere la coherencia entre nuestro discurso y nuestro comportamiento.
Si tú como profesional o como candidato has encontrado en tu camino alguna empresa de este tipo, te invito a que me cuentes tu experiencia.
Estimado Víctor, tienes la boca llena de razón.
Soy recién egresada y tengo poco tiempo de laborar en una conocida agencia consultora y debo decir que me he dado de topes en la pared de ver como se maneja el trato hacia el candidato y la poca consideración que se tiene durante todo el proceso. Me cuesta identificarme con una empresa que no valora a su propia gente y que sus respuestas siempre sean “Es que apenas estás empezando, cuando tengas mas experiencia entenderás que esto así es”.
Hola Víctor,
Excelente artículo. Me ha pasado con grandes consultoras que no son capaces de dar feedback o responder mails. La más reciente una en la que la entrevistadora no había leído mi CV y llegó incluso a ser capaz de preguntarme si tomaba medicamentos psiquiátricos.
Saludos,
Nadia
Gracias Victor por la entrada que comparto. Como siempre llamando a las cosas por su nombre. Tengo muchas experiencias que contarte sobre esto, me reservo contarte en privado, pero has dado en el clavo como siempre. Un saludo cordial.
Hola José Luis,
Gracias por tu comentario. Será un placer escuchar esas experiencias que comentas, aunque te adelanto que creo que no me sorporenderán 😉 (tantos años dan lugar a ser conocedor de las malas prácticas de muchas Consultorías).
Un saludo
Gracias Victor sé de tu experiencia labrada con los años, te suelo seguir de cerca y veo que haces lo que dices… es muy importantes la congruenencia y coherencia en lo que decimos y hacemos. Gracias ya te contaré. Saludos.
Hola a todos,
Muy interesante el post y muy interesantes también las respuestas.
Estoy de acuerdo con muchas de ellas y en especial las de «JJ». Me he encontrado tanto en la situación de estar empleado y recibir ofertas interesantes (en una de ellas me cambié de empresa), como lamentablemente muchos ahora en la situación de búsqueda.
Creo que sí ya de base te encontrabas con mucho «headhunter aficionado» y también muchos buenos profesionales ahora tengo la sensación de que hemos vuelto 10 años atrás en todo. Ves poca profesionalidad y poca atención tanto por tí como por el cliente que ha contratado sus servicios, se ve poca atención por el detalle y mucho por mantener «cartera» y venga, que luego buscamos en LinkedIn como todos.
En lugar de entender a su cliente, qué perfil busca y saber leer y escuchar a los candidatos. Sean seleccionados o no, y sabiendo que en el segundo caso no habrá muchos detalles, lo que sí puede haber es educación, formalidad y trato humano. Los motivos por los que una candidatura no prospera puede ser muchos y variados, como lo son por lo que sigas adelante en el proceso.
Para mí la peor experiencia no ha sido en la búsqueda, fue precisamente en el cambio de una compañía a otra. En un caso por baja atención a los detalles casi me envían por fax (qué tiempos los del fax, no hace tanto) a la que era mi empresa en esos momentos con los detalles de la oferta, como en otra, que según avanzaba el proceso de selección aparecian nuevos aspectos del puesto de bastante relevancia, daba sensación de improvisación. Y a pesar de ellos, cambié de empresa por el cliente final, que si llega a ser por el headhunter. Yo que muchas multinacionales conocidas hacía revisar los servicios que contratan con muchas de estas empresas (muchas también conocidas por todos). Como en todos los aspectos de la vida profesional, se pide eso, profesionalidad y saber manejar profesionalmente perfiles profesionales (que al final somos personas) requiere mayor cualificación si cabe. Claro que las hay profesionales, pero últimamente se ve cada cosa y te cuentan cada cosa, que es de pavor.
Hola Víctor,
Cuando estás en el lado buscador sientes el vergonzoso trato que recibimos los candidatos. «Pierdes» horas, entrevistas, desplazamientos, test de personalidad, les cuentas tu vida y un sinfín de cosas que hacen para evaluarte, que ellos saldan con un «ya te avisaremos en 2 ó 3 semanas» y la misma persona a la que le has dedicado tu tiempo mientras te valoraba como potencial material que «colocar» a su cliente, cuando ya no interesas no tiene ni 1 min para un simple mail y decirte, estas descartado o al cliente no le interesas!
Ninguno de estos individuos se pone en la piel del candidato que tiene 5 ó 10 entrevistas pendientes de «ya te diremos algo» y nada entre las manos, realmente no necesitamos una respuesta positiva, solo pedimos una respuesta! Lo tienen muy fácil, al cliente no le gustas, sin más! Pero parece que su tiempo vale mas que el nuestro, una triste creencia.
Esto es el día a día en la búsqueda de empleo, y con consultoras de renombre que me abstengo a citar, ellos ya saben quienes son, por favor que se renombren como consultoría de colocación de materia en cliente final, pero no de recursos humanos, porque ni somos recursos ni ellos son nada humanos.
Saludos y gracias por el artículo, no puedo sentirma mas identificado
MA
Soy Director de Recursos Humanos y hace unos meses me encontré por primera vez sin trabajo, por lo que participé en algunos procesos gestionados por consultoras de rrhh. Gran experiencia estar «al otro lado» y ver el nivel de orientación al candidato que tenían las diferentes consultoras. Durante los meses de búsqueda, me encontré de todo y de la experiencia saqué algunas conclusiones:
-El nivel de orientación a las personas es en general bajo.
-No depende de la marca o de la dimensión de la consultora. Hay grandes consultoras que tratan muy mal al candidato y pequeñas en las que te sientes satisfecho desde el primer minuto y viceversa.
-No se cumplen los compromisos. De plazo, de condiciones, etc.
-Existe demasiados casos sin tener ni tan solo respuesta, más allá del «ya te diremos algo».
-Comunicación en algunos casos escasa y poco humanista (mail descartando candidatura sin explicaciones, etc)
Desde esa pasada experiencia, tomo muy en cuenta la opinión de la consultora que tiene el candidato y evalúo la satisfacción del proceso externalizado teniendo muy en cuenta éste aspecto.
Sólo los profesionales de RRHH (la empresa cliente), tenemos fuerza para cambiar esta falta de profesionalidad que es demasiado habitual. Las consultoras tienen que notar que les va el futuro en ello.
Hola JJ,
Abogo por tu propuesta, me gusta. La mayoría de consultorías consideran solo como cliente a la empresa (y no al candidato), así que ya que son las empresas las que tienen el poder de decidir con quién desean o no externalizar sus procesos de selección, estaría bien que les exigieran ciertas pautas en la realización de los procesos y se realizara una evaluación como la que actualmente llevas a cabo.
Seguro que mas de una consultoría, al perder volumen de negocio, replantearía como lleva a cabo su Selección de personal.
Gracias por tu aportación.
Ahí le has dado, Víctor. Hace días que ando a vueltas con una cuestión: cómo distinguir las empresas con alma de aquellas que sólo tienen un buen marketing o Employer Branding?
Particularmente he trabajado durante años en una «gran» empresa desde el punto de vista de la cuidada construcción de su imagen de marca, una impoluta política de comunicación externa, incluso un código ético, unos valores, que, sobre el papel resultan inapelables, imposible no identificarte con ellos…..
Allí he visto y he vivido cómo en la práctica, por la influencia de directivos tóxicos y políticas de supuesta «contingencia» ante la crisis, se imponía la tiranía del miedo, la limitación de la iniciativa por temor a la pérdida del control y la supremacía, la ausencia de autocrítica y el rechazo de cualquier actitud crítica, cualquier intento de cuestionar nada, hasta el punto de que se impuso el práctico arte del salir guapo en la foto para agradar, por encima de los valores del trabajo bien hecho, la gestión con alma, el aporte de valor.
Hace poco me reencontré con una vieja amiga, Consultora Senior de selección, que trabaja en una de las más exitosas y reconocidas firmas de la ciudad. Vive absolutamente cautiva de la «estabilidad laboral» , secuestrada por el miedo a no encontrar una buena oportunidad, soportando un ambiente tóxico hasta la tiranía, viviendo bajo la desconfianza y el recelo de directivos temerosos de que su brillo les haga ensombrecer..
Hola Mónica,
Ufff. A corto plazo es todo un reto poder distinguir una empresa con alma de aquellas que tienen una simple estrategia de marketing para intentar enmascarar su imagen real.
El problema de estas últimas empresas es que antes de proyectar su imagen al exterior olvidan que tienen que trabajar, gestionar y mejorar su imagen interior, convirtiéndose su estrategia en un juego muy peligroso. Las crisis de reputación están al orden del día, y las acciones para intentar cambiar posteriormente la percepción de un cliente, proveedor, potencial candidato… resultan casi absurdas.
Las opiniones aisladas, que pueden ser consideradas en un principio valoraciones subjetivas, se convierten en información objetiva cuando vienen respaldadas por un gran número de personas. Solo hace falta que una persona de el primer paso para que muchas otras cuenten su experiencia sobre la misma empresa.
Un saludo
Víctor,
Muchas gracias por tu respuesta…pues habrá que acelerar la búsqueda, que algunos ya somos «senior» y estamos tratando de encontrarnos con esa empresa en la que poder desplegar nuestro valor durante los años que nos quedan de «vida laboral».
Sería de mucha utilidad disponer de algunas fuentes, guías, herramientas que nos permitieran ir separando el polvo de la paja con una cierta eficiencia.
Entretanto, vamos tacita a tacita…
Gracias y saludos
Mónica
Muchas empresas, las especializadas en RRHH quizás más, decoran sus webs y otras comunicaciones corporativas con mensajes de este tipo y entiendo que sus departamentos de comunicación tengan que hacerlo, conscientes de la importancia de la imagen que se proyecta para atraer a potenciales colaboradores, pero es necesario que haya una cultura de empresa que de sentido y valor a esta declaración de intenciones, más que nada porque el candidato, ya, no se lo cree y además puede pedir opiniones, reales, directamente a sus contactos.
Este artículo es una buena reflexión, para que las empresas cliente tomen consciencia que sus marcas pueden verse salpicadas por estas malas estrategias.
Hola José, suscribo tu comentario.
En estos tiempos donde se tiene acceso a tanta información, lo que antes quedaba en el ámbito local ahora es una información global. Contactar con otras personas para verificar información o contrastar datos está al alcance de un click. Muchas empresas aún no son conscientes que por mucho que quieran enmascarar ciertas malas prácticas que realizan internamente, hoy día eso una misión imposible.
Un saludo.
Estimado compañero,
Que razón tienes en tus comentarios, muchas consultoras de RRHH se han convertido poco a poco en empresas deshumanizadas donde prima el mantenimiento a toda costa del nicho comercial en el que se mueven, amenazadas por la tecnología cada vez mas aplicada en los procesos de reclutamiento corporativo.
No deberíamos nunca perder la dignidad ni menoscabarla a los demás, y de ello todos somos culpables de alguna manera.
Gracias
Antesalarrhh
Hola María,
Así es, lo peor de todo es que muchas de ellas intentan engañar creando una idílica imagen que dista años luz de la realidad. Es una verdadera lástima que por la mala praxis de algunos terminemos todos con la misma etiqueta. En fin…
Un saludo