Uno de los personajes de la novela «Orgullo y Prejuicio» de Jane Austen decía que “Nadie da lo mejor de uno mismo ante extraños”, y aunque es una gran verdad, en los procesos de selección el candidato tiene que dar lo mejor de si mismo y olvidar que el reclutador es un extraño.

¿Pero cómo dar lo mejor de uno mismo en una entrevista?

Compite contra ti mismo: Olvida al resto de candidatos del proceso, para dar lo mejor de uno mismo no hay que competir contra nadie salvo uno mismo.

Cree en ti mismo y ten confianza: Una baja autoestima te convertirá en un candidato descartado. Utiliza un lenguaje que demuestre que eres una persona segura de si misma. Deja tus creencias («Yo creo», «Yo pienso») para otro momento.

Una de las claves es saber focalizar, no te distraigas: Centra todos tus recursos en mantener una comunicación efectiva con el reclutador, intentando dar a entender correctamente el mensaje que quieres transmitir, ya sea oralmente o combinado con gestos corporales adecuados.

Sé tu mismo pero con límites: Como decía Confucio «Sé tu mismo, porque el original vale más que una copia«. Pero ser uno mismo a veces no corresponde con las aspiraciones que tenemos o con el contexto en el que nos encontramos, por esto insisto en poner unos límites. Por otro lado, realizar un papel será percibido por el reclutador, a no ser que seas un gran actor, ¿pero podrás mantener esa mentira durante el periodo de prueba del contrato?.

Si queréis profundizar más sobre este tema os recomiendo leer «¿Es usted tan inteligente como para trabajar en Google?» de William Poundstone. Un libro que expone la psicología de las entrevistas de trabajo, las mejores respuestas a preguntas imposibles, como dar lo mejor de uno mismo en un proceso de selección y sobre todo como entender los procesos selectivos.

Víctor Candel