La arrogancia no es una actitud que funcione en los procesos de selección, es señal de desprecio y nada destruye más las relaciones que este. Nadie quiere trabajar con alguien que lo desprecia y lo minusvalora, arrebatándole el valor que verdaderamente tiene o le corresponde. Las personas arrogantes, soberbias y presuntuosas nunca suman a un clima de trabajo positivo y saludable en una empresa.
Hace unos días, llevando a cabo un proceso de selección para un puesto ejecutivo, sufrí la arrogancia desmedida un directivo en búsqueda activa de empleo, que no supo asumir ser descartado de un proceso de selección, al creerse merecedor de continuar en él por el simple hecho de tener una dilatada experiencia profesional en multinacionales y tener unos amplios conocimientos. Una persona que interpretó el feedback asertivo de su descarte como un ataque a su ego, demostrando que no toleraba nada bien la frustración, reaccionando con rabia y minusvalorando al resto de candidatos porque según su criterio «él era el mejor».
Nunca me ha gustado hablar de intuición en lo que respecta a la toma de decisiones en un proceso de selección, pero hay ocasiones donde las experiencias vividas por uno mismo, activan ese botón de alarma que nos indica que ciertas acciones y respuestas pueden denotar comportamientos poco adecuados en el futuro desempeño de un puesto de trabajo. Mi intuición no me traicionó.
Las 5 creencias de un directivo arrogante durante un proceso de selección
Tener una dilatada experiencia profesional y amplia formación académica no significa que automáticamente te haga ser el candidato más idóneo para un determinado puesto o empresa. Hoy en día uno ya no destaca por sus años de experiencia o formación como antes. Actualmente, un determinado nivel de desarrollo de las competencias requeridas para el puesto, es lo que hace único a un candidato frente a otro. Los conocimientos y experiencia los puede adquirir rápidamente cualquiera, las habilidades y competencias requieren de mucho más tiempo para desarrollarse.
Por muy brillante que sea tu currículum, si una adecuada actitud brilla por su ausencia serás descartado. Tu actitud, reacciones, comportamientos… juegan un papel crucial durante todo el proceso de selección, pudiendo arruinar la posibilidad de continuar en este o incluso de formar parte de futuros procesos de una empresa. Ser cordial, respetuoso, agradable y dirigirte de forma correcta al hablar o comunicarte con el entrevistador, demostrará una actitud adecuada. Es de sentido común, ¿no?
No es lo mismo mostrarse seguro y confiado, que arrogante y presuntuoso. Reconozco que un cierto grado de fanfarronería en un candidato hasta me hace gracia, pero hay quien está tan centrado en hablar de sí mismo y mostrarse como el ¡soy la pera!, que ni si quiera contempla que la empresa no valore su enorme valía. Y para ejemplo, el de este candidato, que cuando se le preguntó sobre su disponibilidad para residir en Alicante, su respuesta fue: «Sí, tengo un apartamento en San Juan de Alicante y un barco en el Club de Regatas«. ¿Por qué piensas que es de mi interés que seas Patrón de Embarcaciones de Recreo y que tengas un barco? Ser un «esnob» no era un requisito del puesto.
Nunca serás capaz de gestionar personas si no eres capaz de gestionar tu propia arrogancia. Alguien con poder y aires de grandeza suele tener un estilo de liderazgo autoritario, no tiene en cuenta opiniones, críticas o sugerencias de su entorno, convirtiéndose en un foco de constantes conflictos al mantener una relación de superioridad con los demás miembros de un equipo de trabajo. Quien ‘sufre’ a un jefe arrogante puede llegar a sentirse un inútil. La perfección en la gestión solamente se alcanza desde la humildad, así que menos arrogancia y más humildad.
El líder arrogante no es precisamente la persona más capacitada para transformar una empresa en una organización rentable y de éxito, ya que para eso hacen falta personas que deseen trabajar con él. Son malos tiempos para la arrogancia. El cementerio de empresas está lleno de compañías que olvidaron lo más importante: que sus empleados son el principal activo, el talento se marcha sin pedir permiso y cada vez tienen más poder para decidir dónde y con quién desean trabajar.
Las actitudes positivas a la hora de relacionarse con los demás, más allá de la experiencia o los conocimientos técnicos, es una de las cosas que más valoran los profesionales de recursos humanos en un candidato, ya que las únicas cuestiones que realmente pueden hacernos entrever el potencial que puede tener un candidato son aquellas relativas a su comportamiento.
Desgraciadamente donde más arrogancia he visto es en la gente de R.H.
Desde quejas absurdas en Linkedin sobre procesos de selección (donde pareciera que se les debe un favor por hacer su trabajo) pasando por aptitudes absurdas de su parte al momento de hacer entrevistas o procesos de selección.
Nadie se salva de toparse con una persona arrogante en cualquier lado.
La educación es lo primero. Si alguien se comporta así en un proceso de selección… imagina trabajar con él…
Gracias, Victor por tu foro…Me encanta! Siempre te leo..
Y con éste tema en especial sobre la arrogancia; no podría estar más de acuerdo contigo!!
Muchas gracias por compartir toda esta información!
Un saludo,
Viviana
Hola Víctor.
Téngase en cuenta que, para la inmensa mayoría de trabajos, la arrogancia y la chulería son un lastre. Una persona que se muestra arrogante, como bien dices, NO supera el proceso de selección.
Es importante destacar esta idea porque, desde determinados programas de televisión, canales de youtube, etc. se nos muestra como triunfadores a personas arrogantes y con actitudes chulescas y esto no es la normal habitual en el mercado de trabajo.
Que tomen nota los más jóvenes.
Un saludo.
Muy interesante el artículo. A modo de reflexión, se puede dar el caso de una persona que esconde perfectamente la arrogancia en la entrevista y después cuando consigue el puesto es el más arrogante del mundo. Existe alguna herramienta que mida esto? Gracias.