Afirmar que las prácticas de reclutamiento y selección han cambiado en los últimos años es, a estas alturas de la película algo más que una obviedad. Y si no, basta con repasar el contenido de este blog desde su nacimiento hace ahora dos años para darnos cuenta de la magnitud del cambio. (Por cierto… Felicidades Víctor por el cumple-blog!)
Sin embargo, pese a que el nuevo ecosistema empresarial y laboral que se ha ido gestando ha impactado a todas las partes implicadas en un proceso de reclutamiento y selección, creo que la balanza se ha desequilibrado ligeramente hacía el lado de las organizaciones y empresas.
Hemos sido muchos y desde múltiples frentes quienes hemos enfatizado la importancia para las empresas de replantear y redefinir sus procesos de selección, reclutamiento y en definitiva de captación de talento, a raíz de los cambios acaecidos en el mercado laboral…
Reclutamiento 2.0, plataformas y comunidades de talento (talent platforms), estrategias de employer branding, generación de experiencias y procesos virtuales con los candidatos, conversación Vs selección, utilización de la tecnología social para la identificación de talento… da vértigo pensar en la cantidad de procesos y nuevos mecanismos que una organización debe poner en práctica para no quedarse obsoleta en términos de reclutamiento y selección.
La búsqueda activa de empleo se ha convertido en un camino “en búsqueda de la diferenciación” y realización de networking
Por su parte, el candidato también… permitirme la expresión, ha recibido lo suyo. Hemos reivindicado la necesidad de saber interpretar las nuevas reglas de juego de un mercado laboral que se ha transformado radicalmente. Hemos denunciado (en positivo) la necesidad de diferenciarse desarrollando y construyendo una marca personal que le permitiera ser identificado y posicionarse en la retina de los empleadores.
Se ha invitado, con excesivo énfasis en mi opinión, a que cualquier profesional que quisiera tener opciones de empleabilidad en el mercado, se volcase en las redes sociales como palanca para potenciar su visibilidad, teniendo que construir sus perfiles en todo tipo de redes sociales, tener su propio blog, convertirse en referente en última instancia de su área de conocimiento; y, lógicamente conocer en detalle los nuevos mecanismos de identificación del talento por parte de las empresa.
Sin embargo, para un profesional en su versión de candidato, todo parece reducirse – que no es poco… – a construir una buena marca personal y digitalizar su “candidatura” con buenas dosis de creatividad e imaginación eso sí, para emprender un camino digamos “en búsqueda de la diferenciación”… sin olvidarnos obviamente del manoseado networking, término, que no puede faltar en una conversación que se precie sobre reclutamiento y selección.
¿Hacer algo diferente o adicional?
Desde hace tiempo, me cuestiono si, los profesionales, desde su rol de “candidato” podrían haber hecho algo diferente o adicional además del esfuerzo titánico que suponía digitalizarse y construir su reputación on y off line, en su intento por regresar al mercado laboral del que fueron expulsados (si se trata de profesionales en búsqueda de empleo, o en transición como también lo hemos rebautizado…) o en su intento por crecer profesionalmente y gestionar un cambio en sus itinerarios profesionales.
Resulta paradójico…, mientras muchas organizaciones, preparan y desarrollan progresivamente sus procesos, dinámicas y culturas organizativas desde una perspectiva colaborativa en la que potencian la importancia de compartir para construir, los profesionales que están en el mercado o que intentan gestionar un cambio en su vida profesional, siguen anclados en un paradigma de competitividad e individualismo.
Los profesionales en modo candidato perciben a otros profesionales en ese rol como un competidor a batir, como un escollo en su camino al cambio o al encuentro de un puesto o proyecto. “Los otros”, son los candidatos sobre los que destacar, de los que diferenciarse… a toda costa.
El networking se utiliza para obtener información privilegiada que suponga una ventaja competitiva frente a los otros candidatos, o mejor dicho, competidores; hacer networking para, en definitiva, poseer información que suponga una ventaja sobre los demás… al conocer algo que ellos no saben.
¿No resulta paradójico que mientras muchas empresas rediseñan procesos para compartir y cooperar, y dirigen su estrategia hacia un modelo basado en la conectividad, todavía muchos profesionales “en el exterior” sigan estrategias individualistas y no colaborativas para acceder a esas organizaciones y empresas?
Claro que… como profesionales-candidatos hacer lo contrario y abandonar la búsqueda de la pole position, requiere mirar la realidad desde otra perspectiva:
Requiere entender que accederé a un mayor número de oportunidades sí creo y formo parte de una red de profesionales dispuestos a compartir las oportunidades laborales que conozcan conmigo, aunque eso signifique incrementar mi….“competencia”.
Requiere entender que, como profesional, me enriqueceré con otros profesionales que están en mi misma situación, no solo desde un plano emocional por compartir lo duro que supone la travesía, sino por construir dinámicas de apoyo y de co-operación entre nosotros que nos permitan mejorar nuestras competencias como candidatos… mejorando por tanto nuestra empleabilidad.
Requiere comprender que mi nivel como profesional que busca un nuevo proyecto se revaloriza cuanto más alto es el nivel del resto de profesionales que optan al mismo puesto o proyecto que yo.
Quizás sea el momento de replantear si, como profesionales en búsqueda de un trabajo, puesto, empleo o nuevo proyecto, es inteligente seguir una estrategia eminentemente individualista en un mundo empresarial y organizativo cada vez más colaborativo… o, si por el contrario, debemos enfocar la realidad desde otra perspectiva.
Quizás sea el momento de dar un paso al frente, sin renunciar al proceso de diferenciación y digitalización de nuestra identidad como profesionales, no lo olvidemos… eternos candidatos en un mundo laboral en constante ebullición, y hacer algo cooperativamente diferente.
Quizás sea el momento de desarrollar prácticas colaborativas y no combativas que nos enriquezcan competencialmente en nuestro intento por regresar al mercado de trabajo, pero que a la vez, nos permitan estar más alineados con un mundo empresarial y organizativo que apunta irremediablemente a modelos basados en la redarquía y la colaboración.
Quizás sea preciso comprender que para incrementar la empleabilidad y generar más oportunidades de empleo, la auténtica diferenciación, para un profesional en su versión de candidato, vendrá dada por su capacidad de colaboración y cooperación con sus iguales.
¿Qué piensas tú?
Siempre vinculado a la función de gestión de personas, Andrés ha ocupado puestos de Director de RRHH en diferentes multinacionales del sector High-Tech, Logística y Supply Chain. Licenciado en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid y máster ejecutivo en Gestión de Recursos Humanos por IE Business School. Actualmente es HR Innovation Area Leader en la Fundación Personas y Empresas, Coach ejecutivo y profesor asociado en European University Business School. Su pasión profesional, su forma de interelacionarse y la firme convicción de que el éxito de las organizaciones es impulsado por el factor humano y la dinamización de culturas innovadoras, justifican los contenidos y experiencias que dan origen a “Sobre Personas & Organizaciones”, su blog personal galardonado con el Premio Oro Blogosfera RRHH 2013.
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El paradigma es nuevo pero se basa en lo antiguo, la relación social. Creo que a diferencia de ante ahora la relación social se mueve a una velocidad que pocos comprendemos y tiene una influencia exponencial. No todos comprendemos como maximizar nuestra gestión ante esta velocidad y/o medios. El reto es interesante, como una adivinanza por resolver. Suerte a todos!
Totalmente de acuerdo, estar en la era de la colaboración implica que la competitividad entre candidatos se reduzca y comiencen nuevas formas de coloración ganar- ganar
Pienso que colaborando se llega más lejos y se hacen cosas más grandes que nos benefician a todos. Yo creo tanto en las virtudes del NETWORKING que trato de promover esta cultura en Formentera, la pequeña de las Islas Baleares con un grupo en Linkedin y una cuenta de twitter.
¡¡¡Qué buen artículo y que equipazo Andrés y Víctor¡¡¡¡. Enhorabuena a ambos.
Muy acertado el post, podríamos hablar de un nuevo concepto que veo que ya empieza a utilizarse y que es el de Entorno Personal de Inserción (asociado al concepto de Entorno Personal de Aprendizaje o PLE).
La colaboración funciona, tenemos muchos ejemplos de ello, tenemos el ejemplo de «Azafrán Solidario» que montó una campaña de crowdfunding para financiar una cooperativa en Villacañas (población desolada por el desempleo por la caída de producción de puertas) para cultivar y procesar azafrán con el objetivo de comercializarlo y generar puestos de trabajo.
Tenemos otros ejemplos: NQSPLS que bien conocéis es un buen ejemplo, Parejas Orientadoras y tantos otros ejemplos de colaboración dentro de las redes sociales como la Asociación Encuentra Empleo mayores de 50
La colaboración se vuelve esencial en la sociedad actual, muchas herramientas 2.0 son eminentemente colaborativas, y muchos servicios web de éxito son colaborativos, desde lo más mercantil como TripAdvisor, hasta ejemplos como SchoolMars (servicio para valorar colegios) o Change.org
Enhorabuena Víctor por el cumpleblog y enhorabuena a Andrés por el post, muy recomendable.